sábado, 21 de julio de 2007

La hora de Fernando Torres



Ha llegado el momento de la verdad para Fernando Torres. El que hasta hace una semana era estrella del Atlético de Madrid afronta su prueba de fuego: callar bocas o permitir que sus detractores puedan sacar pecho sobre sus limitaciones futbolísticas. Lo que está claro es que Torres se ha quitado, con su traspaso al conjunto de la Premier League, un peso de encima, una presión añadida que ha tenido que llevar a cuestas muchos años, precisamente desde que recogiera hace unos años el testigo del recordado Kiko Narváez la herencia de estrella mediática del conjunto del Manzanares.
Ahora tan sólo será cuestión de tiempo, de ver dónde está realmente el nivel de Fernando Torres, si ese exceso de responsabilidad que le ha acompañado en el Atleti era demasiado peso para un niño que aprendió muy rápido a ser adulto. Un hombre encerrado en el cuerpo de un niño, un niño de cerca de metro noventa que ha dejado muestras desde que nos deslumbrara en las categorías inferiores de la selección española de su condición de líder.
Lo que está claro es que como todos los líderes, Fernando Torres no pasa inadvertido, para bien o para mal. Con una madurez impropia para un chico de su edad, Torres ha aprendido a crecer muy deprisa, aunque mentalmente ya había alcanzado esa madurez futbolística antes de su debut con el equipo del Vicente Calderón.
Fernando Torres ha sabido dar un paso adelante en un momento crucial de su carrera deportiva para llegar a una Liga tan competitiva como la inglesa. En su debut en la Premier lo tendrá todo a su favor: un equipo campeón con el que podrá ganar títulos, eso que tanto añoraba en su etapa rojiblanca, una Liga donde se respeta el buen fútbol y donde predomina la deportividad, y un técnico grande, el mejor de los surgidos de nuestro país.
Ahora la pelota está en su tejado. Atrás quedará aquello que necesitaba: que el resto del equipo le acompañara. En el Liverpool no valdrán excusas, lo tendrá todo para triunfar. Suerte Fernando. Ha llegado tu hora: la de la verdad.

domingo, 1 de julio de 2007

El mejor Presidente de la historia



A su llegada a la presidencia del Sevilla Fútbol Club fue machacado, insultado… pero aún así aguantó el tirón consciente de que su fórmula mágica era mejor que la del mismísimo Mr. Proper, el segundo calvo más importante del mundo.
Atrás quedaba la época de Roberto Alés, importantísima para el cambio, pero con los recursos agotados de tanto sufrimiento. Corrían nuevos tiempos y el Sevilla FC necesitaba un gladiador, un valiente que no temiera saltar al circo y enfrentarse a los leones (acreedores, prensa, críticos, rivales…) y así lo hizo José María del Nido. Sin armadura ninguna y con su corazón incansable como único aliado para tan desproporcional lucha.
Los comienzos no fueron fáciles. Sus declaraciones en los medios de comunicación eran aprovechadas por sus detractores para pasarle factura, para rendirle públicamente esas cuentas que no eran capaces de saldar cara a cara, como hacen los hombres. “La deuda es calderilla” fue el primer toro que le tocó lidiar. Lo mató y salió a hombros por la Puerta del Príncipe después de cortarle las dos orejas y el rabo en una corrida memorable. El Sevilla de sus amores no tuvo que abandonar su casa de Nervión, algo que otros calificaban como crucial para sobrevivir, y demostró que realmente la deuda era calderilla.
Reyes, que estaba vendido por 1.000 millones de pesetas al Arsenal se marchaba unos meses después por cerca de 4.000. Poco después tocaba librar por dos nombres propios: Julio Baptista y Sergio Ramos. Nuevamente salió victorioso al ganar por KO los dos combates. 24,5 millones de euros por el brasileño y 27 por la cláusula del canterano. La deuda pasaba de ser calderilla a… historia. Pero además estas ventas de jugadores importantes no debilitaban los resultados de un equipo en continúo crecimiento.
La nefasta tarde ante el Espanyol marcó un antes y un después en este Sevilla Fútbol Club. Los cánticos de la afición: “Del Nido pesetero dónde está el dinero” tras un empate a cero que sabía a victoria provocaron el nacimiento del nuevo Sevilla. El equipo nervionense sale reforzado de esa situación.
José María del Nido se marcha esa noche enrabietado; han sacado la bestia que lleva dentro, el ganador incansable, el hombre capaz de ir contracorriente si así se lo dicta su corazón. Se acordó de aquel niño que contemplando a su padre llorar tras consumarse el descenso de su Sevilla del alma a Segunda división le dijo: “Papá no llores porque algún día yo haré al Sevilla campeón”.
Y lo hizo, aunque pecando de humilde pese a esa prepotencia que todos le otorgan. Porque no lo hizo campeón sino Súper Campeón: dos UEFA Cup de forma consecutiva, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey, clasificado para la Champions y con una Entidad que es admirada por su gestión tanto económica como deportiva.

PD: El sevillismo se ha rendido al brillante trabajo de José María del Nido y su Consejo de Administración a pesar de los continúos bombardeos que su gestión ha sufrido por parte de los periodistas del todo a cien, esos que son tan tontos que se sienten los protagonistas de la noticia, esos que nunca han dado una primicia porque siempre salen a empatar.
PD2: Gracias a mi amigo Juan Flores, un fotógrafo espectacular, por regalarnos esta impresionante instántanea que abre este artículo homenaje al mejor Presidente de la historia del Sevilla sí o sí, y que resume su brillante gestión como máximo mandatario del Sevilla FC pese a que a ese que todos llaman "prepotente" pocos se detengan a elogiarle que siempre haga referencia (en un gesto de humildad) a Don Ramón Sánchez Pizjuán.
¡Claro el Del Nido humilde vende menos que el prepotente!