lunes, 23 de mayo de 2011

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va



Se marcha como ha estado este último año: en silencio, en la sombra, alejado de los terrenos de juego, de los focos, de los flashes de las cámaras en busca siempre de esa imagen del ídolo, del protagonista de la noticia... Un año completo sin hacer lo que más le gusta, con el balón medicinal como único 'amigo' a falta de ese cuero que con tanta elegancia golpea y que tantas y tantas alegrías nos ha dado al sevillismo.
Horas y horas de gimnasio, de sufrimiento, de lágrimas, de carreras sin un balón que buscar, sin ese aplauso agradecido a un esfuerzo sin premio, y con la única compañía de Sergio y Santi, los 'anónimos' recuperadores del Sevilla Fútbol Club.
Se va Ivica Dragutinovic, 'Drago' se va un profesional ejemplar, una persona exquisita, un tipo educado, afable, sincero... un amigo. Se va Drago y deja al sevillismo huérfano de esa banda izquierda que añora a la gente de bien: David Castedo, Antonio Puerta, y a partir de ahora a él.
Dice adiós este serbio inmenso de físico, y aún más de corazón, de ese corazón que entregó en cuerpo y alma por todo lo que olía a Sevilla Fútbol Club. El mismo corazón que se le paró a la par que a su amigo Antonio Puerta, al que intentó salvar la vida cuando por aquellas cosas del caprichoso destino se le desplomó a sus pies.
Se va un hombre íntegro, un líder, alguien que demostró que en esta vida hay cosas que están por encima del dinero. Qué pena que no se le haya sabido valorar ese gesto en su justa medida, como ocurrió con otros que no ofrecieron ni la mitad de su rendimiento.
Llegó para sustituir a Sergio Ramos, una de las perlas de la cantera nervionense en el verano de 2005, y en muy poco tiempo se ganó el cariño de la afición sevillista por su buen hacer tanto en el lateral como en el centro de la defensa. Porque Drago jugaba donde le pidieran, sabía que lo mejor para el equipo siempre sería lo mejor para él. Y así disfrutó de la época más dorada del conjunto de Nervión. Alzó al Cielo dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa, otra de España, y dos Copas del Rey. Y todo ello en apenas siete años cargados de éxito.
Se va Drago, el gran Ivica Dragutinovic; se va en silencio pero con mucho que decir aún en este mundo del fútbol en el que la memoria es débil y porque hay quien piensa que su vuelta a los terrenos de juego ofrece cuanto menos dudas. ¡Qué incrédulos! Basta conocer a Drago para saber que si ese tendón de aquiles que le dejo sin Mundial y sin despedirse como merecía, a lo grande, no hubiera estado bien sería su propia honradez y humildad la que le habría llevado a decir adiós, lo siento, pero esto no da para más.
Quien decida ficharle, porque Drago quiere seguir jugando acertará sí o sí. Porque con su fichaje conseguirán el todo en uno: un líder, un gran defensa, un futbolista ejemplar, una persona identificada cien por cien... en definitiva, un profesional serio; de los que ya no quedan.
Pero antes de irte permíteme amigo Drago que te diga gracias, Gracias por ser como eres, gracias por tu amistad, gracias por todo lo que nos has dado, nunca lo olvidaremos. Gracias por ese sacrificio, gracias por estar siempre ahí; gracias por no tener miedo a arriesgar cuando el equipo te necesitó. Gracias por tu profesionalidad, por tu entrega constante, gracias y mil veces gracias... Te echaremos de menos.
Se va Drago, y con su marcha nos rompe el alma, nos nubla la mirada con estas lágrimas sinceras que hacen su puesta en escena cuando se trata del duro momento de decir adiós, al fin y al cabo ya se sabe que... Algo se muere en el alma cuando un amigo se va.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Otro año igual...



Otro año igual, otro año igual... ese era el cántico habitual temporada tras temporada en los que el Sevilla FC se quedaba en la mitad de la tabla sin grandes alardes ni ambición alguna. Y otro año igual, otro año igual... es el cántico que hoy en día canta el sevillismo pero con matices bien distintos a los de aquellos años en los que entrar en Europa era una hazaña para un equipo falto de alegrías y títulos que alzar al Cielo.
Hoy la historia es bien distinta, son ya con esta campaña, ocho temporadas consecutivas, las mismas que en toda la historia anterior, paseando el nombre del Sevilla Fútbol Club por Europa y demostrando que trabajando bien se puede estar en lo más alto, junto a los grandes, pese no tener el presupuesto de ellos.
Pero el éxito tampoco debe nublarnos. Este Sevilla es otro Sevilla, ha tocado el techo, la gloria, pero nos quedamos sin peldaños que escalar para seguir agrandando la historia de este Club. La venta de jugadores imprescindibles para cualquier equipo de fútbol han sido prácticamente obligatorias ya que la ambición profesional y económica de estos futbolistas le han hecho aprovechar el trampolín del Sevilla para crecer paralelamente a la Entidad de Nervión. En la mayoría de los casos han sabido aprovechar el salto, y el caso de Daniel Alves es quizás el exponente más claro de esta apreciación.
Pero buscar otro Dani Alves, otro Luis Fabiano, Kanoute, Poulsen, Adriano... no es fácil ya que escasean en el mercado y los que hay, que haberlos los hay, no entran dentro de ese techo económico que el equipo sevillista se ha puesto a la hora de fichar. Claro, techo con matices ya que hay casos que dicen todo lo contrario: Mosquera, Lautaro Acosta, Tom de Mul...
Como decía anteriormente el éxito no debe nublarnos, las cosas bien hechas ahí están pero el fútbol, afortunada o desgraciadamente no tiene memoria; de nada vale todo lo realizado si la 'pelotita' deja de entrar ya que el crecer a pasos tan agigantados hace que la ambición de los aficionados también lo haga al mismo son de la música que marcan los triunfos de su equipo. Y en eso hemos fallado. Las buenas y originales campañas de marketing han dado su fruto. Este año no, la más pobre de todas las realizadas. Curiosamente ya sin la presencia del Grupo Imagen, presente en todas las anteriores. Ojo este comentario ya lo hice antes de salir de los medios oficiales.
Hace un par de semanas tuve ocasión de ver una campaña de una empresa propuesta al Sevilla FC para la campaña de captación de socios. No se escogió. Y la verdad: No lo entiendo porque no era de diez, sino de once.
En otros aspectos nos ha ocurrido lo mismo. O el éxito nos ha nublado, o se han perdido esos pequeños detalles que tan grandes nos hacen. En fin, demasiadas cosas que contar...
La experiencia vivida esta temporada debe servirnos de ejemplo para aprender. Gran lección la que nos ha dado el fútbol que podría haber sido más dura de no haberse metido el Sevilla FC en Europa, algo que no ha ocurrido ya que los otros han sido aún peores que nosotros. Y mira que peor de lo que lo ha hecho este equipo de la mano de Gregorio Manzano es complicado. Y no hablo sólo de los resultados deportivos ni del escaso fútbol visto, hablo de esos otros temas que están en la calle y que nunca deben escaparse de la privacidad de un vestuario que al fin y al cabo es donde se comienza haciendo equipo.
Demasiados temas extradeportivos, malas maneras, control excesivo en unas parcelas y desmedido en otras. La historia de un Sevilla grande que no debe olvidar de donde viene para seguir siéndolo.

domingo, 8 de mayo de 2011

BIRIS NORTE: ¡Lección de señorío!


Decir BIRIS NORTE es decir sevillismo puro. Decir BIRIS es hablar de miles de sentimientos teñidos en blanco y rojo, los colores de un corazón capaz de acelerar sus latidos con sólo ver a su equipo saltar al terreno de juego. Hablar de los BIRIS es hacerlo de un pasado, un presente y un futuro, un grito al Cielo generoso por aquellos que nos hicieron grande, los que nos enseñaron a contagiarnos desde la cuna de esto que se puede sentir pero que tanto cuesta expresar...
Porque los BIRIS forman parte de la historia de esta Entidad, de este Sevilla Fútbol Club por el que tanto han dado sin pedir nada a cambio, como lo hace el que siente de verdad, el que lo ha mamado desde el vientre de su madre o el que lo ha heredado con el paso de los años porque sevillista, por mucho que algunos se empeñen en lo contrario, se puede ser de nacimiento o de adopción; nuestros líderes Pablo Alfaro o Javi Navarro, eternos capitanes, son un ejemplo de ello.
Hay quién se queda en la mediocridad, quién prefiere hablar de los BIRIS, historia viva del sevillismo, como un grupo de ultras radicales, de violentos... nada que ver con la realidad. Los BIRIS defienden lo suyo, jugándose el alma, dejándose la piel o la vida si hace falta, porque así reza en los mandamientos de su religión llamada: Sevilla Fútbol Club.
Pero los BIRIS son mucho más que eso. Los BIRIS son abuelos, padres de familia, hijos, nietos, en definitiva generaciones de sevillistas con una misma voz, con un mismo grito y un mismo cántico en perfecta sintonía con miles de corazones capaz de latir al mismo tiempo por ese SFC sobre el que gira su mundo, porque saben que sin su Sevilla FC no existirían los BIRIS, es así de simple, porque los BIRIS y el Sevilla van cosidos en una misma piel.
Capaces de sacar un aliento cuando la adversidad invita a todo lo contrario. Ayer ante el Real Madrid demostraron una vez más que merecen el máximo respeto por parte de todo el mundo. La mala imagen ofrecida por el Sevilla ante el equipo capitalino (2-6), con tanto en juego, no fue obstáculo para dar una lección de señorío y mostrar sus genes, su radiografía sevillista...
Los BIRIS demostraron estar por encima de un resultado, del buen juego, de los goles, los títulos o las tardes de gloria. Ayer, como aquella triste tarde de Oviedo mostraron sus credenciales, ese sevillismo que aparece en su DNI. Con esos cánticos y esos gritos de ánimo cuando el humillante 2-6 brillaba, con más pena que gloria, en el marcador. Una vez más lo daban todo sin recibir nada a cambio. Dieron su apoyo, su aliento, pero sin que muchos se percataran de ello, nos daban lo más importante: una lección de humildad y señorío. Son ellos, los más grandes: BIRIS NORTE

Severiano Ballesteros: El adiós de un mito



El Cielo se lleva a otro grande. Severiano Ballesteros, el hombre que nos enseñó que el golf no es sólo un deporte de ricos; el hijo del jardinero que desde el aparcamiento del campo de golf siendo apenas un crío se permitía el lujo de dar mejores golpes que los que practicaban en el campo anexo.
Se va el hombre que más talento e imaginación aportó al golf. Aquel que nos enseñó que no hay golpes imposibles, la elegancia personificada, el que cambió el mundo del golf para hacerlo un deporte de todos al alcance de todos.
Un maldito cáncer, la enfermedad del Siglo XXI, nos lo arrebató a los 54 años. Seve, como era conocido familiarmente, se fue con la misma sencillez y humildad con la que accedió un día al número 1, dorsal que le acompañó en cada hoyo, cada torneo...
Las palabras de otro número 1, Rafa Nadal, al hablar de Severiano Ballesteros "Seve fue mi inspiración" no hacen más que ratificar lo que este hombre ha significado no sólo para los ídolos del ayer sino también para las leyendas del mañana.
Se va Seve, se marcha el número 1 del golf que ahora desde el Cielo nos seguirá mostrando que un buen golpe te cambia la vida.
¡Hasta siempre Seve! ¡Gracias campeón!

jueves, 5 de mayo de 2011

José María García, el número 1, un ejemplo a seguir



Hablar de José María García es hablar del padre y la madre del periodismo deportivo en este país. De sus entrañas nacieron las mejores noticas, las exclusivas más grandes... él se encargó de destapar los mayores escándalos del deporte español, y él también fue capaz de conseguir que en directo hicieran las paces aquellos que poco antes se habían jurado enemistad eterna. Porque José María García era y es así.
Un periodista, un informador, un contador de noticias capaz de mover masas y tener enganchado a un país incapaz de irse a dormir hasta después de la una y media de la madrugada, si la información diaria no requería de más tiempo. Porque al maestro García no le importaban los horarios. Su reloj no marcaba las horas. Era el primero en llegar y el último en marcharse. Él me enseñó aquella frase que un buen día me recordó el periodista Alfonso Azuara: "El éxito sólo va delante del trabajo en un sitio, y ese es el diccionario".
El 'butanito' como fue 'bautizado' por un anorak de color naranja butano que le acompañaba en muchísimos de sus desplazamientos, fue el encargado de cambiar la radio española; él, y sólo él, creó e inventó una radio nueva, una programación donde el deporte tenía gran importancia, algo que con el paso de los años fueron copiando, emisoras de radio, cadenas de televisión, periódicos... el deporte, con el fútbol como líder tomaba el protagonismo en una sociedad cada vez más hipócrita.
El nombre de José María García es sinónimo de profesionalidad, seriedad, veracidad... "lo ha dicho García", eso nos bastaba porque su audiencia creía en él. Sabíamos que si José María García lo decía era porque estaba contrastado, no como ahora donde hemos pasado de contrastar la noticia al todo vale. Puedes vender humo que si es rentable para tu periódico o tu medio, adelante la burra...
En abril del año 2002 la radio española quedaba huérfana. Se marchaba el más grande, aquel que nos enseñó a los periodistas del mañana que es preferible vivir un día de pie que cien de rodillas. Se marchaba García, el 'Brujo de la noche', aquel que había sido capaz durante tantos y tantos años ser número uno, líder absoluto de audiencia, haciendo radio, creando un estilo que adoptamos (con las lógicas diferencias) todos los que hemos tenido la fortuna de trabajar para él, de crecer como periodistas a su sombra, aprendiendo de cada ¡ojo al dato! una de esas múltiples y variadas 'coletillas' con las que creó escuela.
Su enfrentamiento con la dirección de Telefónica a la que asesoró en temas de comunicación al compaginar su programa de deportes con la dirección del área de contenidos deportivos del Grupo, le pasó factura. Pero García, el mejor periodista deportivo que ha visto nacer este país, se marchaba con la cabeza bien alta a pesar de su escasa talla física. José María nos enseñó que se puede ser grande, muy grande sin necesidad de medir más de 1,70.
Ese mes de abril de 2002 moría la radio deportiva porque ya nada volvería a ser igual. Llegarían otros programas, otros periodistas, otra filosofía... pero ya no estaba García con el que tantas y tantas veces nos habíamos ido a la cama, con el que desayunábamos y almorzábamos a diario con aquel clásico ¿escuchaste lo que dijo ayer José María García?
Daba igual donde estuviera, si en la Ser, en Antena 3, la Cope, Onda Cero... daba igual porque nuestros colores eran los de García, los de Super García estuviera donde estuviera.
El maestro desaparecía de la actualidad y nosotros sus fieles seguidores, aquellos a los que García nos había enseñado cómo tiene que ser un buen periodista nos teníamos que conformar con escuchar a algunos de sus alumnos aventajados. Unos nos ganaron por ese recuerdo hacia Super García, otros en cambio, nos decepcionaron y nos perdieron para siempre. La radio nocturna no era lo mismo sin García, los domingos eran menos domingos sin su tiempo de juego, sin dar paso a ras de césped...
En 2006 se nos encoge un poco el corazón a todos los que le admiramos al conocerse la noticia de que padece cáncer. Pero su partido más difícil también lo superó, venciendo sin duda la batalla más complicada que ha tenido en su vida.
Desde entonces hemos vivido con los rumores de su deseada vuelta que hasta la fecha no se ha terminado de concretar. Da igual que sea para el mundo del fútbol, de la política o para información general, pero el periodismo necesita de él, de sus lecciones diarias, de las cátedras que nos regalaba sin pedir nada a cambio y con una única premisa: defender la verdad.
Estas líneas son mi particular homenaje a José María García, maestro de maestros, un referente, un gran periodista, un contador de noticias, de verdades como puños. Un periodista ejemplar. Un señor.
¡Gracias Super García!