Nunca una victoria en un derbi ante el Betis (0-2) fue tan amarga. Nunca una clasificación para Europa, para esa UEFA Cup que nos cambió la vida, se celebró tan poco. Son las cosas que tiene crecer, lo que conlleva ser uno de los grandes de España y de esa Europa futbolística a la que enamoramos con aquellas exhibiciones de Eindhoven y Glasgow.Pero ya saben fútbol es fútbol, y el crecimiento experimentado conlleva que lo que ayer era una gesta hoy es algo normal. Lo que antes era motivo de alegría hoy no es más que nuestra obligación; porque ahora somos grandes y lo que ayer eran sueños, hoy son realidades. Los objetivos han cambiado: como nuestro presente, como nuestro futuro.
El Sevilla se ha quedado a puertas de la Champions, es decir, no ha logrado el objetivo trazado a inicios de campaña, pero por quinto año consecutivo está en Europa, algo que sólo habían logrado los grandes. El Sevilla FC entra por tanto en ese grupo de elegidos para la gloria junto a Real Madrid, Barcelona, Valencia, Atlético y Deportivo.
Repite aquella noche 'amarga' en la que después de toda la temporada tuteando con la Champions debía 'conformarse' con la Copa de la UEFA. Se repite la historia y quién sabe si como en aquella ocasión, lo que fue un 'triste' final no es más que la repetición de un nuevo comienzo grande: como las estructuras de la Entidad y el crecimiento experimentado por este Club.
