Bernd Schuster, técnico del Real Madrid, comparaba esta semana a su equipo con el gran Federer para hablar de la situación de un Madrid que no nos engañemos, vence pero no convence. El Madrid manda en la Liga pero no termina de hacer ese fútbol bello y de alta escuela que suelen hacer los equipos dirigidos por el alemán.
Ayer en el Sánchez Pizjuán se enfrentaban el Sevilla FC y el Real Madrid, o lo que es lo mismo, Rafa Nadal contra Federer. Un Madrid que está en lo más alto y un Sevilla al que muchos daban por muerto y que ante los blancos demostró estar muy pero que muy vivo. Nadal pudo con Federer y no sólo pudo, sino que fue mejor, superior, lo arrolló, y mostró los peores golpes del 'Federer Madrid'. Por mostrar mostró hasta su mal perder, buscando fantasmas donde no los hay y poniendo peros, donde los únicos que hubo fueron simplemente la abismal superioridad del equipo de Jiménez, Jiménez, que huevos tiene...
El partido del sábado sirvió igualmente para resucitar al Sevilla, a ese equipo, al que tras su derrota ante el Atlético de Madrid, muchos dieron por caducado. Pero ya saben la historia del fútbol donde la memoria es débil: los que ayer te gritan, mañana te aplauden.
El Sevilla fue infinitamente superior al Madrid a excepción de los primeros veinte minutos donde el equipo de Schuster salió a por el partido, arriesgando, enseñando sus credenciales de líder. Pero este equipo sevillista es mucho equipo, con la herencia dejada por Juande Ramos y la casta y entrega aportada por un hombre de la casa como Manuel Jiménez. Nadal ganó a Federer, o lo que es lo mismo, el Sevilla FC sacó los colores al Madrid al ganarle por dos sets a cero.
