He intentado leer, ver y escuchar lo mínimo posible sobre la enésima polémica en un Sevilla-Osasuna porque estoy cansado de pataletas de equipos que han dejado de ser 'bestia negra', cansado de esos cobardes de los que les hablaba hace apenas unos días, de aquellos que se esconden tras una careta cuando tan sólo les falta la gomilla...He intentado no escribir de esto porque luego ya saben lo que ocurre, que algunos entienden como insulto el llamar a las cosas por su nombre. Curiosamente esos, los que tanto se molestan cuando los periodistas del Sevilla FC responden a aquellos que les atacan desde el exterior, pero no muestran la misma repulsa cuando son los otros los que machacan a los que estamos en Nervión.
Ahora, en el centro de la diana han puesto la cara de un compañero, de un periodista de la casa, de Jesús Alvarado, el encargado de narrar los partidos del Sevilla FC en el Ramón Sánchez Pizjuán, el mismo que puso voz a los goles de aquella inolvidable noche de Eindhoven. Al parecer él es el único culpable de todo lo ocurrido en el Sevilla-Osasuna del pasado sábado. Alvarado es el culpable de las violentas entradas de los pamplonicas sobre Jesús Navas o Diego Capel, por citar sólo algunas. Alvarado tiene la culpa de que el técnico rojillo saltara desbocado al césped del Sánchez Pizjuán; y para que no falte de nada Jesús Alvarado tiene la culpa de que el propio Ziganda agrediera al delegado sevillista Cristóbal Soria tras agarrarle del cuello. Si me apuran, Alvarado tiene la culpa hasta del hundimiento del Titanic, y sino que le pregunten a Leonardo de Caprio...
Los cobardes de siempre han aprovechado para sacar los puñales para convertirse por un día en el 'resucitado' John Rambo y aniquilar a Jesús Alvarado. Entiendo que esta polémica no beneficia al Sevilla, todo lo contrario, de ahí que en el 'Debate sevillista' no quisiera entrar de lleno a atacar a todos esos cobardes que han linchado a mi compañero Jesús Alvarado. Desde Madrid y desde Sevilla, cuna de los mayores cobardes de la prensa deportiva (evidentemente con sus contadas excepciones) se ha intentado meter de lleno en el mismo saco al Sevilla. Vamos, como siempre.
Por eso quiero dejar claro en este rincón políticamente incorrecto que no creo que Alvarado mienta, porque no es un deporte que practique. Ni creo que nadie se pueda inventar tales acusaciones. Lo que sí tengo claro es que el trato que ha recibido por parte de los 'amigos' de la alegre pandi y de los cobardes de los 700 euros, no es digno de alguien que ha ido de cara, de alguien que ha llamado a las cosas por su nombre y cuyo único pecado ha sido no rendir pleitesía a esos carroñeros del todo a cien.

