miércoles, 24 de febrero de 2010

Historia de un campeón


El Club comienza a cimentar el Sevilla FC del futuro, el de las ilusiones, el que nos seguirá enseñando que como en el pasado más reciente: lo mejor está por llegar. Porque las circunstancias nos han ido mostrando el carácter de este equipo, la mentalidad ganadora, su espíritu de lucha, de superación… así ha ido sucediendo día a día, palo a palo, golpe a golpe.
Pero ni las adversidades más crueles que han ido surgiendo en el camino han podido noquearnos, porque este equipo ha sabido levantarse tras los golpes recibidos con más fuerza si cabe para continuar su firme caminar hacia la gloria para convertirnos, si aún es posible, en un Club más grande.
Grande de España y grande de Europa. Ayer un sueño hoy tan sólo una realidad. Del cántico aquel de “otro año igual, otro año igual” hemos pasado al “We are de Champions”; del “no tenemos ni para balones” a contar con superávit, a no tener que vender por necesidad, por esa obligación que tanto nos apretó. Atrás quedaban los ‘milagros’ de esos genios de ‘Sevillistas de Nervión’, de esos sevillistas desde la primera o la segunda fila jugándose su capital por un sueño llamado Sevilla Fútbol Club.
Nos contaron que la deuda era calderilla y pese a la infinidad de incrédulos que tomó de forma jocosa tan célebre frase, lo fue. Pero no sólo calderilla sino que fue una mera anécdota si repasamos las cuentas actuales de este Club grande, saneado y objeto de deseo y admiración por toda la Europa futbolística.
Un ‘loco’ soñador llamado José María se empeñó con apenas diez años hacer un Sevilla campeón. “Papá yo haré al Sevilla campeón”. Su padre, que sujetaba su pequeña mano aquella tarde en el Bernabéu mientras que su Sevilla del alma sufría sonrío por su coraje, ese que reza en el himno. Años más tarde, aquel niño ya no tan niño, levantaba junto al capitán Javi Navarro en Eindhoven la Copa que acreditaba al Sevilla Fútbol Club como campeón de la UEFA Cup. Aquel niño de nombre José María y de apellidos Del Nido Benavente perdía por unos momentos la mirada en busca de su padre. Su promesa se había cumplido.
Aquella noche mágica de Eindhoven, la más especial de todas cuantas vinieron posteriormente, el Sevilla comenzó a escribir con letras de oro el comienzo de su historia más brillante, la del Sevilla moderno, el Sevilla del Centenario, el Sevilla de los sueños, los que se cumplen. El Sevilla de las realidades.
Pero este crecimiento espectacular del conjunto sevillista no es fruto de la casualidad, ni del destino. El guión de esta historia ya estaba escrito en la mente del Presidente el día que accedió al cargo. Tenía muy claro lo que quería y cómo intentar conseguirlo. Como buen empresario supo rodearse de su gente de confianza, supo delegar en su equipo de trabajo tanto en los despachos como en el terreno de juego; tanto en lo económico como en lo deportivo.
Con la experiencia acumulada como directivo del Club fue poniendo las bases de un proyecto ganador formado a base de sueños, de constancia, de infinidad de horas de trabajo y de mucho sevillismo. Era consciente de que había que cambiar cosas y dejar como estaba lo que ya funcionaba, no era cuestión de hacer experimentos. Del Sevilla de los nombres fuimos pasando al de los hombres y posteriormente a una perfecta combinación de nombres y hombres.
El Sevilla comenzaba a hacer ruido. Tras tutear toda la temporada con la Champions League veía como en la última jornada se esfumaba de golpe el sueño de la Liga de Campeones. El sevillismo no celebró aquella noche la clasificación para la Copa de la UEFA: algo había cambiado, habíamos crecido. Lo que ayer era motivo de orgullo y celebración, hoy no lo era. Lo que no sabía la afición nervionense es que ese hecho puntual iba a cambiar de golpe y porrazo su historia, su presente y su futuro.
La temporada siguiente el Sevilla FC se convertía en el equipo de moda al repetir clasificación europea y proclamarse campeón de la UEFA Cup con una final con un color claro: el blanco y rojo del Club de Nervión.
Pero eso no era más que el comienzo de un bello sueño, de una dulce realidad. Un año más tarde, esta vez en Glasgow el equipo sevillista volvía a hacer historia al conseguir su segundo título consecutivo de la UEFA, algo tan sólo al alcance de los clubes más grandes de Europa. Junto a esas dos UEFA, una Supercopa de Europa con goleada y baño incluido al Fútbol Club Barcelona, una Copa del Rey y una Supercopa de España ante el Real Madrid con un escandaloso 3-5 en el Bernabéu. Además dos galardones como mejor Club del Mundo según la IFFHS batiendo todos los récord establecidos hasta la fecha de continuidad en la cabeza de la clasificación.
Cinco títulos en seis años, que podrían haber sido seis de seis de no ser por aquella triste final de Mónaco ante un equipo señorial como el Milan, grande en el terreno de juego y grande fuera del mismo. Una final marcada por la inesperada marcha de uno de los nuestros, el adiós de Antonio Puerta, el héroe de aquella mágica noche ante los alemanes del Schalke 04.
Cinco títulos en apenas seis años algo que no había conseguido con anterioridad en sus más de cien años de historia. Pero esta había cambiado, el Sevilla había pasado a ser un equipo campeón, una Entidad con superávit, con los mejores jugadores de Europa, futbolistas pretendidos por los grandes. Un Club objeto de deseo. En apenas seis años había pasado de no poder aspirar a nada… a ganarlo todo. Había sido campeón en blanco y negro pero ya lo era también en color y por cinco ocasiones.
El Club funcionaba como Sociedad Anónima Deportiva algo que ya era pero que no ejercía como tal. Llegó el ‘boom’ del Marketing ese que nos ha colocado en primera línea de los clubes modernos. Innovamos, inventamos, marcando pautas con lemas que terminaron convirtiéndose en la Biblia del sevillismo. Nos abonamos a soñar, posteriormente descubrimos que los sueños se cumplen y ahora ya sabemos que lo mejor está por llegar.
Pero el camino no termina alcanzando la gloria como muchos podrían pensar. Porque lo mejor está por llegar. Esta nueva final de Copa del Rey, el seguir vivo en la Champions League con esa eliminatoria de esta noche ante el CSKA de Moscú y la cuarta plaza en la Liga regular son tan sólo un nuevo comienzo de este Sevilla Fútbol Club en continuo crecimiento. El de una Entidad que se ha ganado el respeto de la Europa futbolística con su fútbol, sus títulos… pero sobre todo con una gestión brillante, ejemplar. La vivida en estos seis años de gestión de José María del Nido.
Bases que se seguirán cimentando con salidas y llegadas pero siempre con el mismo criterio que ha caracterizado a este Consejo de Administración unido, fuerte y remando siempre en la misma dirección.
Porque hay cosas que nunca cambiarán en este Club; cosas que ni las marchas o venidas de jugadores podrán variar ya que como no se cansa de repetir nuestro Presidente “lo importante son la bandera, el escudo y la afición”. Esos ingredientes esenciales están por encima de cualquier otra cosa, porque son los que nos llevarán como en el pasado más reciente hasta la gloria. La que ayer soñamos, la que hoy tocamos, la que mañana… volveremos a disfrutar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre habrá un antes y un después en el Sevilla desde que don José María Del NIdo llegó a la presidencia del Sevilla FC.
Él ha cambiado este club.

QUEQUENO dijo...

hombre josemi ya hay algo nuevo por aqui jeje que sepas que te sigo eh un abrazo te dejo una cosita por aqui nos vemos

hola sevillista soy quequeno sevilla,hace poco lanzé
mi blog a la blogosfera,y me gustaria compartirlo
contigo y que lo enlazaras en tu blog si no hay
problemas yo el tuyo yá lo tengo enlazado y es un
placer leerlo y cada vez que pueda dejaré mi comentario
en él gracias de antemano y nos vemos por la red un
gran abrazo de quequeno sevilla,te dejo enlace de mi blog.

http://sevillistasdecorazonn.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Ya era hora de que actualizaras el blog. Un abrazo.
Alexis

Juan Carlos dijo...

Hablando de otra cosa, que te parece lo ocurrido esta mañana en radio marca, cuando los ultrabéticos (si les hacen un homenaje desde una página web bética es que tienen que ser muy béticos, no?) han leído un mensaje en que se tachaba a Jesús Navas de "enfermo mental"; no dicen que ellos no leen los correos en los que se insulta a la gente. De vergüenza.