Un periodista, un informador, un contador de noticias capaz de mover masas y tener enganchado a un país incapaz de irse a dormir hasta después de la una y media de la madrugada, si la información diaria no requería de más tiempo. Porque al maestro García no le importaban los horarios. Su reloj no marcaba las horas. Era el primero en llegar y el último en marcharse. Él me enseñó aquella frase que un buen día me recordó el periodista Alfonso Azuara: "El éxito sólo va delante del trabajo en un sitio, y ese es el diccionario".
El 'butanito' como fue 'bautizado' por un anorak de color naranja butano que le acompañaba en muchísimos de sus desplazamientos, fue el encargado de cambiar la radio española; él, y sólo él, creó e inventó una radio nueva, una programación donde el deporte tenía gran importancia, algo que con el paso de los años fueron copiando, emisoras de radio, cadenas de televisión, periódicos... el deporte, con el fútbol como líder tomaba el protagonismo en una sociedad cada vez más hipócrita.
El nombre de José María García es sinónimo de profesionalidad, seriedad, veracidad... "lo ha dicho García", eso nos bastaba porque su audiencia creía en él. Sabíamos que si José María García lo decía era porque estaba contrastado, no como ahora donde hemos pasado de contrastar la noticia al todo vale. Puedes vender humo que si es rentable para tu periódico o tu medio, adelante la burra...
En abril del año 2002 la radio española quedaba huérfana. Se marchaba el más grande, aquel que nos enseñó a los periodistas del mañana que es preferible vivir un día de pie que cien de rodillas. Se marchaba García, el 'Brujo de la noche', aquel que había sido capaz durante tantos y tantos años ser número uno, líder absoluto de audiencia, haciendo radio, creando un estilo que adoptamos (con las lógicas diferencias) todos los que hemos tenido la fortuna de trabajar para él, de crecer como periodistas a su sombra, aprendiendo de cada ¡ojo al dato! una de esas múltiples y variadas 'coletillas' con las que creó escuela.
Su enfrentamiento con la dirección de Telefónica a la que asesoró en temas de comunicación al compaginar su programa de deportes con la dirección del área de contenidos deportivos del Grupo, le pasó factura. Pero García, el mejor periodista deportivo que ha visto nacer este país, se marchaba con la cabeza bien alta a pesar de su escasa talla física. José María nos enseñó que se puede ser grande, muy grande sin necesidad de medir más de 1,70.
Ese mes de abril de 2002 moría la radio deportiva porque ya nada volvería a ser igual. Llegarían otros programas, otros periodistas, otra filosofía... pero ya no estaba García con el que tantas y tantas veces nos habíamos ido a la cama, con el que desayunábamos y almorzábamos a diario con aquel clásico ¿escuchaste lo que dijo ayer José María García?
Daba igual donde estuviera, si en la Ser, en Antena 3, la Cope, Onda Cero... daba igual porque nuestros colores eran los de García, los de Super García estuviera donde estuviera.
El maestro desaparecía de la actualidad y nosotros sus fieles seguidores, aquellos a los que García nos había enseñado cómo tiene que ser un buen periodista nos teníamos que conformar con escuchar a algunos de sus alumnos aventajados. Unos nos ganaron por ese recuerdo hacia Super García, otros en cambio, nos decepcionaron y nos perdieron para siempre. La radio nocturna no era lo mismo sin García, los domingos eran menos domingos sin su tiempo de juego, sin dar paso a ras de césped...
En 2006 se nos encoge un poco el corazón a todos los que le admiramos al conocerse la noticia de que padece cáncer. Pero su partido más difícil también lo superó, venciendo sin duda la batalla más complicada que ha tenido en su vida.
Desde entonces hemos vivido con los rumores de su deseada vuelta que hasta la fecha no se ha terminado de concretar. Da igual que sea para el mundo del fútbol, de la política o para información general, pero el periodismo necesita de él, de sus lecciones diarias, de las cátedras que nos regalaba sin pedir nada a cambio y con una única premisa: defender la verdad.
Estas líneas son mi particular homenaje a José María García, maestro de maestros, un referente, un gran periodista, un contador de noticias, de verdades como puños. Un periodista ejemplar. Un señor.
¡Gracias Super García!
2 comentarios:
Hay pocos periodistas hoy en día que tengan,la grandeza de José María García,en esta profesión al igual que en otras muchas no vale solo con tener un título universitario, hay que tener valores como persona,valores humanos y hacerlos llegar a tu profesión.Hoy por desgracia en los medios de comunicación se anteponen otros muchos intereses.Este post merece todos mis respetos hacia quién lo escribe y para quién lo escribe.
Gracias Mayca por tu opinión. José María García ha sido el más grande. Un profesional de los que ya no existen y la verdad es que yo al menos lo echo muchísimo de menos. Sin pelos en la lengua.
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