En la sociedad actual donde la palabra crisis se ha convertido desgraciadamente en algo cotidiano, nos hemos acostumbrado a que la mentira o peor aún, una verdad a medias sean el abecedario de una gran parte de la sociedad. Basta mirar como está el país para ver como un día sí y otro también si alguno fuera Pinocho no habría madera suficiente para construir su nariz. El fútbol, ese deporte denominado rey, no es ajeno a toda esta pantomima llamada mentira en la que se baña la sociedad actual. Basta con mirar algunas declaraciones de los que mueven los hilos del fútbol y esperar apenas una semana después para ver como donde decían digo dirán Diego. Es lo que hay y lo que hemos permitido.
Esta semana se paraliza el mundo, Zapatero y el Circo en el que está convirtiendo este bendito país al que cantó Manolo Escobar, pasan a un segundo plano. Esta semana no hay crisis, ni 'mangazo' nacional, esta semana como diría el bueno de Manolo Summers "to el mundo es güeno". Porque esta semana se para el mundo, esta semana sólo se habla del Real Madrid-Barcelona, esta semana no hay paro, esta semana no hay preocupación por la situación agonizante que vive el país. Ahora sólo vale hablar del Madrid y del Barça, de Shakira y de Piqué o de Casillas y la Carbonero.
¿Se han dado cuenta que con tanta crisis y con tan preocupante país a la deriva el españolito de a pie se da codazos por conseguir una entrada para el Madrid-Barça?
Sí, ese partido al que nosotros, los periodistas, los que tenemos que vender ilusión desde la prensa deportiva denominamos ¡el partido del Siglo! Pero ¡joder! ¿cuántos partidos del Siglo se juegan cada año? ¿Pero un siglo no eran muchísimos años? Pues se lo digo yo, este año se jugarán cinco partidos del Siglo. Tomen nota: los dos de la Liga, los dos de las semifinales de la Champions League y el de la Final de la Copa del Rey.
¿Y se han parado a pensar que por cada entrada se llegan a pagar más de 300 euros? Sí, todo eso en un país donde los sueldos cada vez son más bajos, en un país donde el paro sube como la espuma, que pena que no se difumine como ella, en una España donde las empresas cada vez abusan más de sus empleados con el ya clásico. ¡Como hay crisis!...
En fin, esto es España, mi querida España. La misma en la que el paro sigue creciendo y donde la falta de liquidez es rutina.
Les invito a que el próximo sábado, a las diez de la noche se sienten frente a su televisor y observen el estado de las gradas, intenten buscar si ven alguna localidad libre. Como diría mi amigo Carlos Cariño: ¡País!
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