¡Campeón de Europa! ¡Campeón de humildad!

Se llama Diego, de apellido Capel por parte de padre y Trinidad por parte materna. Apenas 23 años cargados de sencillez, simpatía y miles de gestos, de esos pequeños detalles que tan grandes nos hacen. Así es Diego, un tipo tan sencillo como esos regates endiablados que hace y que los hace tan fáciles que parecen ingenuamente al alcance de todos.
Y es que Diego Capel no lo ha tenido fácil. Siendo apenas un crío, con apenas 12 años, abandonó su Albox natal para marcharse a la Ciudad Condal para lograr el sueño de cualquier futbolista: ¡fichar por el FC Barcelona! Pero Diego es un hombre de sentimientos, de sensaciones, necesita de ese calor llamado amor para vivir. Y ese calor, el de su tierra y los suyos estaba demasiado lejos...
Fue entonces cuando dio un paso hacia atrás para coger impulso y poder dar, unos años después, varios adelante. Mientras que algunos pensaban que dejaba escapar una oportunidad inmejorable para triunfar, Diego y los suyos tenían muy claro que sólo hay una cosa imprescindible para alcanzar el éxito: ser feliz.
Y Diego no era feliz en Barcelona. Llegaba el momento de regresar a casa, de abandonar el sueño de La Masía y esa camiseta azulgrana que han vestido los más grandes. Llegaba el momento de volver a la cruda realidad, los campos de tierra.
Pero Diego tenía claro que el éxito llegaría, tan sólo era cuestión de tiempo. Su desparpajo y calidad hacía que siempre fuera un paso por adelante, siempre jugando con los grandes. Se hizo mayor a pasos agigantados. El éxito era tan sólo cuestión de tiempo.
Un largo camino hasta llegar al Club Deportivo Oriente, equipo del barrio de Los Ángeles, y es que éste ángel de Albox, rubio y con unos profundos ojos azules ya iba camino de Sevilla, una ciudad tan especial como él. En la capital hispalense destapó el tarro de las ensencias, desbordó por banda, por el centro, alcanzó su mejor fútbol, ganó la UEFA Cup en dos ocasiones, otras tantas la Copa del Rey, la segunda de ellas con un golazo marca de la casa, ganó la Supercopa de Europa, la de España, saboreó las mieles de la internacional absoluta de la mano de Vicente del Bosque tras haber sido internacional en categorías inferiores, y al igual que Mata o Javi Martínez, los 'veteranos' de la Sub-21 no se le cayeron los anillos para echar un cable en su última participación con la Sub-21 para dejarla clasificada para los próximos Juegos Olímpicos no sin antes proclamarse Campeón de Europa Sub-21 en Dinamarca, un nuevo título a su inmejorable palmarés.
Con la sencillez y la humildad como mejores armas, esas que ha heredado de Ángel y Blanca, Diego sigue con paso firme, sin prisa pero sin pausa, consciente de que si crees que eres perfecto nunca llegarás a serlo. Diego aprende día a día, de sus padres y de Carmen,  su hermana mayor; aprende de sus amigos y porqué no de sus enemigos, que en lugar de debilitarle le hacen más fuerte si cabe.
El triunfo de Diego Capel es el triunfo de su familia, esa que le ha apoyado siempre, especialmente en los momentos donde las lágrimas vencían a las sonrisas. El éxito de Diego es el de cada uno de nosotros, sus amigos y seguidores, que le queremos y le admiramos. El éxito de Diego es el de cada niño que sueña ser futbolista. Porque Diego es un ejemplo de cómo llegar a ser grande siendo sencillo.
¡Gracias amigo! Sí, eres Campeón de la UEFA Cup, de la Copa del Rey, de la Eurocopa de Selecciones Sub-21... pero tu mayor título es el que nos regalas a diario: Tu humildad, tu sencillez, tu amistad...
¡Gracias Campeón! ¡Gracias amigo!

Foto: EMILIO TALLAFET (Para reportaje de JOSÉ MIGUEL MUÑOZ en Don Balón)